
Capítulo 16: Redo.
Ese día, aquella mañana azul, fría y con niebla; fue distinta. Cuando abrí mis ojos lo primero con lo que me encontré fue su cara muy cerca de la mía, de forma fija me observaba desde quien sabe cuánto, entonces retrocedí de la impresión, no es como si todos mis amaneceres fueran iguales, despertar y verla espiando mi sueño, bueno, es lo inusual de Molly.
Entonces noté mucha seriedad en su mirada un tanto torpe y solo poco después sus labios comenzaron a temblar, creí que lloraría pero en realidad solo estaba intentado no sonreír, no pudo contenerse más y se hizo de una gran sonrisa, debo decir que en general fue algo tétrico pero se veía muy linda con esa expresión en su rostro, sus mejillas rojizas y esa mirada galáctica.
—¿Ahora que se te ocurrió? —Le dije sonando lo más antipático posible.
—“Estamos enamorados esta noche...” —contestó cantando una melodía suave.
—¿Eh?, pues Molly tiene un “ligero” problema mental. Ni siquiera es de noche.
—“All - in - love - tonight” —Definitivamente era la letra de una canción, pero no recuerdo cual, lo que sí recuerdo es querer salir corriendo de ahí.
—Bien, pues comienzas a darme miedo. Así que ¿qué te parece si solo vamos por algo de comida? —Me puse de pie y después de despabilar salí del gran árbol para recibir la relajante luz de la mañana.
—¡Uy! ¡Una proposición indecorosa! «Nock», ¿Me estas invitando a salir? No lo espera de ti, que rudo, esa no es la forma romántica de pedirlo —dijo Molly tras seguirme, intentaba provocarme incomodidad.
—¡No, no, espera! ¿De qué hablas? No me pongas en aprietos mocosa, solo digo que tengo hambre.
—Mmm, como sea, sé a dónde ir —Pensativa se giró y comenzó a caminar.
Bueno, no me quedó más que seguirla, no sabía exactamente a dónde me llevaba pero ella me guía marchando, no podía evitar sentir una gran simpatía por su forma extravagante de ser.
—Oye, no vuelvas a ponerme en situaciones comprometedoras, mucho menos delante de la gente, me meterás en problemas, las personas pensaran que soy algún tipo de pervertido.
—¿Y no lo eres? —dijo Molly con una mueca lúdica.
—¡Oye! ¡Claro que no! —respondí molesto.
—Ok, no diré nada acerca de lo que hay entre nosotros —Me guiñó el ojo más de una vez de forma torpe.
—¡Claro que no porque no hay nada! —Estaba por exasperarme.
—¿Aun te importa lo que otros piense? ¿Aun cuando el poco tiempo que hablen de ti, lo hagan de mala forma y sin siquiera conocerte? —Esta vez optó por un semblante intermedio, ni muy seria ni muy juguetona, mesurada continuó—: eres extraño espantapájaros, pero te aseguro que a la gente no le interesas.
—Bueno, solo no hables locuras, no te seguiré la corriente al respecto —Suspiré y no le di importancia—. ¿A dónde vamos?
—¡Tú solo sigue marchando esclavo de paja! —Me evadió y continuó alegre su rumbo.
Minutos más tarde:
«♪ ♫ Porque conforme pasan los días y comienzo a enamorarme un poco más, ¿a cuál de los dos crees que el final dolerá más?... Oh lluvia!... Ooooh yeah, tudarata dutarada da-daon, datarataratarun, duturu-turu tu tu tu, dutaradahn-dutaradahn oh nooh-nooh, oh nain no-nain no nain. ♪ ♫»
—¡Basta! ¡basta Molly! ¡¿Qué escándalo tienes?!... Que por cierto, he notado que te gusta cantar cuando estas de buen humor.
—Y no solo cuando estoy de buen humor. Lo traigo en la sangre, soy una cantora —aseveró con presunción, aunque realmente era algo para no enorgullecerse, pues cantaba muy mal.
—Sí, claro, desbordas talento —dije con ironía.
Cuando se trataba de caminar por el bosque, para Molly era sencillo, lo conocía de tal manera que es como si ella lo hubiese diseñado, pero parecía entonces indecisa, como si realmente no supiera a dónde íbamos, o como si estuviera haciendo tiempo para pensar que hacer.
Divagaré de nuevo junto con el recuerdo de ella para consumir grafito, tal cual vaga expresión, absorta en sus pensamientos, sus manos entrelazadas en su espalda, y el viento haciéndole de contrapeso a nuestro camino circular, la brisa se deslizaba por su cuello inclinado haciendo volar su pelaje espeso, ella parece disfrutar de la simple caminata en silencio, parece disfrutar de mi mirada puesta en sus hombros, parece que eso era todo lo que quería, quizás solo estaba tomándose un tiempo para meditar, o quizás tenía su mente en blanco; ni siquiera estaba pensando.
Yo escuché muchos pajarillos silvestres cantar, a diferencia de los oscuros graznidos, los primeros mencionados obviamente son muy armoniosos, pienso que también ella les prestaba atención, es inevitable ignorar su ritmo casi orquestal, pero ¿porque sigo insistiendo en algo tan complejo de alguien tan pequeña?
Estaba atrapado en la luz que se reflejaba en el suelo que era colada por las hojas de los árboles, preparando decir algún discurso con palabras inteligentes, sonriendo sin necesidad de hacer la mueca en los labios, viendo su mentón elevado como quien espera pacíficamente un buen final. Pero casi podía presentir el futuro venir con temblores de advertencia, algo grande rueda colina abajo; un mal final, uno para reprocharle al escritor su pésimo juicio y poco sentido de compasión.
Creo que ella también lo escuchaba venir, y me pregunto si ese era el momento que ella tanto estaba esperando; pues estábamos atrapados en el tiempo, y ese era el conteo de inicio, los número se habían puesto en cero, se había rehecho nuestro cronómetro, nuestro tiempo detenido en el que habíamos estado viviendo, estaba por comenzar a moverse.
Sinceramente ella no es lo que aparentaba, ella sí conocía sus pecados, ella era un reflejo de una vida llena de errores, ella era un espejo y yo solo veía en ella... solo veía lo que quería ver, ¿soy yo acaso esa persona? ¿Es así como me veo por dentro o es así como quisiera ser? Solo estaba proyectando mis emociones en alguien que es inocente, es simplemente eso, ella no es un monstruo, ella no es un espejo, Molly es; lo que Molly es, y eso está bien.







