Capítulo 21: Probatio diabólica.
Increíblemente el cielo estaba en su plenitud, repleto de maravillosas estrellas pulsantes, por unos momentos sentí su paz infinita que invadía mis sentidos y me dejé llevar, preguntándome que pasaría conmigo si hoy muriera, y el cómo era posible ver con mayor facilidad a un demonio reptar entre las tinieblas en vez de a un ángel abriéndose paso entre la luz; ¿acaso tiene que ver con lo que nos merecemos? Quizás simplemente estoy juzgando a Molly erradamente, quizás esperar misericordia es mucho pedir; en estos tiempos tal cosa no existe. Molly, la niña mentirosa... (Suspiros y lágrimas).
Lo único que sé y de lo que admito ser culpable; es del cariño que le profeso, la quiero mucho.
Molly, te lo agradezco; ahora puedo ser sincero conmigo mismo.
—“Estamos por nuestra cuenta está noche”... —Escuché su agradable voz por detrás mío, fue inevitable enternecer de melancolía, ella continuó—: Idiota cerebro de paja, ¿por qué sigues aquí?, te dije que te fueras, desaparece de este pueblo si quieres vivir.
—¡Molly! ¡Estás bien! ¡Lo sabía! —En ese momento mi corazón saltó de emoción y nostalgia, como cuando de niño mis padres cumplían con un obsequio mis sueños.
—¡Aléjate! —replicó veloz y con ímpetu al leer mis intenciones, pues llegué a sentir un gran impulso de abrazarla—. Vete antes de que veas cosas que más tarde desearas olvidar, ya no eres más mi esclavo, ahora eres libre, no pierdas tiempo conmigo o morirás este día —Enseguida amortiguó más su voz y dijo con ironía—: Será un desperdicio ¿no lo crees?; deben de quedar algunos fenómenos para este pandemonio.
—¿De qué estás hablando mujer? Los esclavos mueren junto con sus amos —Le respondí hablando en serio y con cariño.
—«Nock-nock» ¿Una locura? —Me miró amable y más relajada— Eres tan gracioso.
—No dije nada gracioso, ¿por qué te ríes? —Yo quería demostrarle que estaba dispuesto a todo.
—En serio me agradas, ahora cállate y huye antes de que me arrepienta, tengo asuntos que arreglar.
—¡Claro que no!, no sé exactamente quién eres, solo sé que te aprecio mucho, me conquistaste con tu forma de ser, ahora no te desharás de mí solo tronando los dedos, así somos los humanos. Mala suerte y buena para la próxima cuando juegues con otro, pues a mí no me importa lo que eres o lo que vas hacer, para mi es simple pues no tengo a donde ir, desde el primer momento en que te seguí hacia al bosque me diste un objetivo, le diste sentido a intentar mantenerme con vida para poder protegerte, yo estoy agradecido, si voy a morir hoy será contigo o por tus manos.
—¡Que devoto! o tan solo quizás ¡que ingenuo! ¿Por cuál de los dos sobresaldrías más?... —Dio un suspiro resignada y bajó la guardia totalmente ante mi necedad— Moo (♪); da igual, de todas formas ya es tarde, pero antes de que me alcance ese bastardo haré pagar al mocoso que llevó al resto de la población a Odín, así que si no quieres ver sangre esfúmate, recuerda que le debes una al demonio y después de mi si estas cerca no dudará en matarte, solo te recuerdo lo que te hizo ese día, así que ya sabes, haz lo que te plazca hombre espantapájaros.
—¿De qué chico hablas? Lamento ser tan torpe, pero ¿por qué valoras tanto esas piedras vagabundas? ¿Qué otras cosas tenías dentro del árbol? Y ¿por qué le apreciabas tanto?
Además, entiendo que Odín era lo único que te protegía pero habías dicho que antes pasabas de pueblo en pueblo evitándolo, ¿qué cambia esta vez? Podemos escondernos y esperar hasta mañana.
—¡Ag! ¡Es por eso! ¡De verdad que eres una molestia! Hablo del tal “Bock”. A estas alturas habrás notado que las piedras no son ordinarias. Lo que haya tenido escondido dentro no es de tu incumbencia. Le apreciaba por su valor que ni yo misma le pude arrebatar. Y lo cambia todo; respectivamente. Ahora no tiene sentido para mi seguir huyendo, solo quiero hacer pagar a ese niño, una vez salde la cuenta me da igual lo que pase conmigo.
—Perdí el hilo de algunas respuestas... Molly, no tiene por qué pasar de esta manera.
Me miró muy seria, no había ningún tipo de emoción en su rostro, estaba decidida.
Ahora que lo pienso se trata de ese tal “Bock”; efectivamente el mocoso que insinuó que Molly era una bruja, nos debió de haber seguido y de esa manera llegó hasta Odín, si fue así seguro regresó con más gente y confundidos por las cosas que debieron encontrar dentro decidieron prenderle fuego.
Ese niño; ¿un simple niño encandiló a todo el pueblo? No, no fue eso, él solo dijo tal cual malcriado lo que pensaba, solo fue imprudente pero despertó en todos un sentimiento y pensamiento que se habían negado a creer, solo dijo lo que todos ya sospechaban y no se atrevían a decir, ya estaban molestos y desconcertados con la presencia y actividades de Molly, ella no midió su comportamiento.
Si esos fanáticos se deshicieron del árbol arriesgando se incendiara todo el bosque; definitivamente la que seguía era ella, es por eso que aún permanecían dentro de la iglesia, seguro discutían todavía ese tema, ¿hasta dónde serian capaces de llegar? ¡Maldición! No era la primera vez que se escuchaba hablar de quemar a una bruja incluso si es una niña o incluso si aún no había hecho algo que comprobara que se trátese de una de verdad, ¡esa gente violenta!; no se los pensaba permitir.
Por otro lado, los Crosswer pronunciaron el nombre de Bock, así fue como lo entendí; esas palabras que repetían debieron haberlas escuchado de los que estuvieron ahí en el momento que le prendían fuego a Odín, pero eso significaría que estuvieron ahí, entonces ¡¿por qué rayos no hicieron nada para impedirlo?!
—Molly, o como te llames, te tengo que hacer otras preguntas, ¿por qué los Crosswer no te informaron que el refugio se estaba quemado?
—Los Crosswer siempre fueron libres, nunca he tenido control sobre ellos, nunca han estado a mis servicios, no me deben nada ni yo a ellos, no son mis siervos, ¡ve tú a saber porque no se acercaron a donde yo para siquiera hacerme pensar que algo malo sucedía!, a mí también me sorprende, su conducta fue inusual incluso si no les importo yo, la verdad es que ese árbol no era mío, si no de ellos, siempre fue así, pero dejaron arder todos sus “tesoros”, su hogar y mis pertenencias con él.
—Claro, por eso estás herida, es como si tu familia te fallara, pero ¿por qué dices que ese árbol siempre les perteneció?
—¡No seas ridículo! —Renegó molesta—: No estoy herida, ya te lo dije: ¡ELLOS NO SIGNIFICAN NADA PARA MI!, ¡TÚ NO SIGNIFICAS NADA PARA MI!, no seas terco y necio, ¡entre nosotros no hay nada!, no me conoces realmente, no vale la pena morir por mí porque ¡me importa un carajo tu vida y la de esas estúpidas aves! Y ¡¿cómo crees que encontré el árbol?! No era mi hogar, era el de ellos, cuando llegué a este pueblo huyendo del Hellequin no pasó mucho para toparme con un cuervo que hurtó de mis manos una de mis piedras de protección, entonces lo seguí y cuando vi su guarida y todas esas otras piedras supuse que era un lugar ideal, lejos de la sociedad, resguardado por una bandada de cuervos celosos de sus “tesoros” y perfecto para camuflar y hacer pasar como simples piedras a las mías, después me di cuenta del potencial del árbol cuando la noche me alcanzó y el Hellequin me había encontrado y acorralado, el único sitio donde pensé morir fue ese agujero que irónicamente salvo mi vida, así fue como supe que era especial pues no había permitido entrar al demonio.
—Primero que nada; buen intento Molly “oscura”, pero eso no funcionará conmigo, no importa cuánto quieras herirme; no me marcharé, ya te lo dije mujer terca; después de todo tenemos cosas en común.
Y respecto a los Crosswer, eso no pensabas de ellos cuando nos conocimos, ¿ya olvidaste que incluso los llamas por su nombre?, o el hecho de que me corregiste cuando te dije que eran animales peligrosos, ¡ja! Además si no fuera por el aprecio que le tenías a Odín no estarías aquí, ¡lo acabas de decir!; solo quieres cobrar venganza ¿no?, eso significa que sientes algo grande por el árbol que ni siquiera te puede dirigir la mirada, ahora pienso en nosotros; los cuervos y yo, bueno, nosotros sí tenemos ojos, ¿qué puedes sentir hacia nosotros entonces?; Molly, es la primera vez que te hago comer tus palabras, no lo puedes negar, no importa cuán dura pretendas ser, ¡demuéstrame lo contrario!
—¡Vaya que tienes cerebro de paja! —aseveró ella cubriendo su rostro con la palma de su mano.
—Lo tendré, pero incluso yo sé que los cuervos se pudieron haber encariñado contigo, como lo hace un cachorro por quien le alimenta.
—¡No me importa, nunca los quise sujetar! —Reclamó irritada poniéndose a la defensiva.
—Pero eran tu única compañía, ¡reconoce que sientes algo por ellos! —Insistí presionándola seguro de lo que decía.
—¡No lo sé! ¡¿A qué quieres llegar con esto?! Me estás haciendo perder el tiempo y la paciencia, ¿se supone que reconozca que también siento algo por ti?, olvídalo vago.
—No se trata de un sentimiento de pertenencia como lo harías por un objeto, pero realmente ellos siempre estuvieron ahí para protegerte.
—Quizás nunca fue así, quizás realmente eran solo coincidencias que nuestra imaginación tergiversaba para adaptarlas a lo que creímos de ellos: “la paradoja del cuervo”.
—¡Pero ellos morirían por ti! —Le dije con empeño intentando hacerle ver su error.
—¡Ellos morirían para liberarse de mí! —Reclamó vehemente.
—¡¿No te das cuenta?! Al igual que con mi pan envenenado, como con tu piedra hurtada, no fueron coincidencias, esas aves son especiales y vieron algo en nosotros, es como el destino o algo así.
—¡BASTA! —Alzó la voz con cólera negándose a seguir escuchando.
Con ese último grito entendí que no era necesario continuar, y justo después fui abordado por un mal presentimiento, la temperatura comenzaba a descender y se había hecho un silencio sepulcral, esos signos ya los había vivido antes; él se estaba acercando.
