
Capítulo 26: Red herring.
Desperté totalmente aturdido, una voz murmurante en mi cabeza se hacía menos audible pero me decía resonante:
“Vete, vete ahora...”
Me habían golpeado con algo en la nuca, quizás un palo o una piedra que me arrojaron, el dolor era insoportable y además estaba sangrando, pero no me importó y me puse de pie como pude en medio de una multitud que gritaba y corría de un lado a otro.
Recibí varios empujones, intentaba entender que sucedía pero todo el panorama había cambiado, no sé cuánto tiempo me desmayé pero ahora la gente estaba histérica y asustada huyendo de algo.
El cielo nocturno estaba enrojecido y no tardé en darme cuenta del porqué; la iglesia ardía, las llamas se levantaban muy altas y el calor era insoportable, las flamas se expandían rápidamente por todo la gran estructura y parecía que no pensaban detenerse pues casi toda se estaba calcinando y el incendio estaba pasando a los edificios aledaños.
Todo fue como una pesadilla diezmada, confusión y humo, entre gritos y cenizas, entre el miedo y el calor asfixiante. Entre la gente me habría paso para acercarme más, algunos cuervos moribundos surcaban los cielos volando despavoridos intentando escapar con lo sobrante de sus vidas.
Temía lo peor, vi la causa: una fuente de fuego justo enfrente; estaba montada una especie de asta improvisada que habían prendido en llamas y estas se había salido de control de manera que alcanzo la iglesia.
¿Qué demonios debo hacer ahora? Solo grité del coraje y del dolor, no podía creer que realmente mi Molly estuviera en medio de ese fuego, no lo quiero creer, y no pude hacer nada más que esperar delante y observar hasta que el fuego se extinguiera para poder comprobar si algo había quedado de ella.
Realmente entré en estado de shock, aun no me recuperaba del golpe y estaba ahora viendo delante de mí lo que parecía ser el juicio de una bruja que quizás con su último aliento de ira provoco el incendio.
¿Realmente eso es lo que debo creer? ¿No sería acaso reconocer entonces que ella está muerta? Pero no es así, por eso no me puedo hacer esa idea, me aferro en creer que en realidad habría podido escapar, eso es lo que quiero creer, eso es lo que pensaba mientras veía como el denso fuego lo destruía todo, quería arrojarme en él y buscar con mis manos desnudas para desengañarme de que ella estaba ahí.
Me decía a mí mismo que cuando el fuego se detuviera y escarbara entre los restos sonreiría como loco de la felicidad al ver que no había rastro de Molly, porque ella no pudo haberse quedado ahí, porque ella de alguna forma habría logrado escapar, yo sé que así fue.
Pero estaba estupefacto en ese momento, tanto que a pesar de que quería hacerme creer eso aún estaba inmóvil esperando a que todo terminara en vez de ir a algún otro sitio para que nos encontráramos, estaba hipnotizado por la forma en la que las llamas se movían y hacían ruido, mi mirada estaba fija en aquella asta carbonizada envuelta en una gorda flama, como esperando que se partiera en dos como lo hizo el mar rojo con Moisés, y que saliendo de ahí se abriera paso Molly intacta.
¿Si te puedes dar cuenta como me contradigo? No sabía que pensar, estaba muy confundido y habían sentimientos encontrados. ¿Negación? NO ¡de ninguna manera!, no puedo aceptarlo porque sería como reconocer que ella realmente está muerta y que nunca la volveré a ver y eso es una mentira, yo creo firmemente que la volveré a ver, por eso es que escribo esto, no me he resignado y no lo iba hacer hasta buscar entre esas cenizas, no me quería marchar de ahí hasta estar seguro de que estaba equivocado al pensar que su cuerpo era el que había iniciado ese desastre.
“Como si fuera una de esas películas viejas en sepia que se proyectan al hacer girar una cinta sin sonido, solo leyendo tus labios recordaba cosas maravillosas. No sé quien podrías ser, pero ni en mis fortunas te pude haber imaginado, momentos tuyos con lágrimas mientras sueño; solo no lo puedo ignorar.
A las tres de la mañana me levantaré perturbado, inundado de temor por mi futuro, ¿ya no estás aquí? ¿Cómo un recuerdo fugaz terminaste siendo? Sostengo una foto mental en la cual sonríes a mi lado, siento que mi mano quiere estrechar la tuya con fuerza.
Así las cenizas caen como lo debería hacer la lluvia en esta estación, se supone que sería yo quien debía abandonarte, y ahora me siento tan atado a ti que creo fervientemente que no es el final, sabía que esto terminaría mal.”
Pasé el tiempo recordando hasta que el fuego comenzó a extinguirse, mi cuerpo no me respondía pero mi mente no dejaba de dar vueltas, un espasmo de nauseas fue lo que finalmente me hizo despertar, me puse de pie y corriendo como si el tiempo se acabara me acerqué a apagar con mi saco los restos que seguían prendidos en el lugar de la pseudo ejecución, y mientras inútilmente lo hacía, delante de mí y encima de lo que aún quedaba del asta calcinada; se posó Karuza, acicalándose la barriga y aleteando, me molesté y le grité:
—¡Para! ¡Deja de actuar como si nada hubiese pasado, deja de actuar como si no te importara, deja de actuar como si solo fueras una simple ave!, no traigas condolencias pues no hay nada que lamentar, ¡ves a buscarla mejor!
Me observó por unos instantes como lo hacen los pájaros curiosos y después voló muy alto, sus plumas al caer se mezclaron con las cenizas.
No lo pude soportar más, ya no quería seguir esperando y escarbé entre las brasas aun ardientes con mis manos, levantando tablas carbonizadas en busca de cualquier signo. Lo lógico sería esperar ver su cuerpo calcinado, pero no estaba pensando de manera racional; encontraba pedazos de madera que al instante confundía con pequeños huesitos.
Así estuve perdido por mucho tiempo hasta que quedé totalmente satisfecho, pues mientras más ardor sentía en las manos más me empeñaba en seguir escarbando.
No encontré ni un solo rastro de su cuerpo.
Solo necesitaba una señal para que todo esto tuviera sentido, ¡solo una!, mientras miraba al cielo resignado, una figura oscura descendió aleteando; regresó Karuza y se postró nuevamente en el asta, dejó caer de su pico algo, esparcí a un lado las cenizas para encontrarme que había traído para mí una piedra vagabunda, mis ojos brillaban con su hermoso resplandor en medio de ese panorama gris y negro, sentí la alegría que Molly demostraba cuando las veía, para mí era suficiente, esa era la señal que necesitaba, yo sé que ella está viva, me dieron ganas de abrazar a Karuza y besarlo desquiciadamente.
“Larguémonos de aquí, vamos por ella”; le dije.
Habían intentado quemar a Molly a altas horas de la noche, y el incendio se había comenzado apagar (al menos en el asta y la iglesia) en el transcurso de la madrugada y mañana del siguiente día.
La gente daba su mayor esfuerzo para detener el fuego, estaban muy ocupados como para prestarme atención. Calculo que era entre las seis o siete de la mañana cuando decidí marcharme, entonces revisé mi bolsillo del pantalón para encontrarme con el broche para el cabello que le había regalado en el parque, lo había levantado cuando ella lo dejó caer pero había olvidado que lo tenía, ¿una señal más? Sabía que se lo tenía que regresar personalmente.
Eso me hizo sonreír otra vez, estoy seguro que no eran coincidencias, son señales que me dicen que debo seguir creyendo que de alguna forma, no importando que haya sido por medios sobrenaturales, ella pudo sobrevivir no solo al fuego sino también al daño fatal que llevaba, ¿es mucho pedir? ¿Crees que sería imposible o forzar mucho la realidad? ¿Podría ser que solo este fantaseando?
Pienso que me puedo volver loco, pienso que lo estoy, porque no me importa si es una bruja, no sé si te quedó claro ese asunto o si crees que estoy en un error, pero entonces, que haya sido de la manera que sea, estoy ansioso por escuchar esa explicación absurda de su parte; Molly se las tuvo que haber ingeniado para sobrevivir.







